Luis Carlos
Parra Cortés ingresó como aprendiz en 1978 y cinco años más tarde se convirtió en
instructor del mismo programa en el que se formó.
“En estos 38 años de servicio
en la Entidad he logrado muchas cosas, estoy en un trabajo que me gusta, pude
comprar mi casa, darle estabilidad a mi familia, educación a mis hijos, viajar,
conocer y compartir con buenas personas”, menciona
Luis Carlos.
Cuando empezó sus estudios como tecnólogo en construcción
soñaba con trabajar en una empresa constructora, pero luego de presentarse a un
concurso que hizo el SENA sus planes cambiaron. Durante 22 años estuvo en el
Centro de la Construcción e Industria de la Madera, 8 años en el Centro
Agroecológico y Empresarial de Fusagasugá y en el Centro de Biotecnología
Agropecuaria de Mosquera completó 8 más.
“Han
sido muchos cambios los que he evidenciado y uno de los más acertados es el uso
de las nuevas tecnologías de la información para formar a los aprendices y
mantenerse a la vanguardia de cualquier otra institución. Admiro de esta
Entidad su calor humano, su liderazgo y el tesón con el que aún se mantiene
como institución que brinda servicio gratuito”,
afirma Parra.
Pie de foto: “Todo aquel que quiera
aprender un oficio y prepararse para la vida, en el SENA encuentra un tesoro”, Luis
Carlos Parra Cortés.