Gracias a la formación que Juan Betancourt Acosta recibió en el Centro de
Biotecnología Agropecuaria de Mosquera, inició su proyecto de cervecería
artesanal y tuvo la oportunidad de ser contratado por una empresa chilena.
“En el 2019 ingresé al SENA para formarme como tecnólogo en
Agrobiotecnología y durante el proceso me di cuenta de que preparar cerveza es
algo que me apasiona inmensamente, así que decidí comenzar mi emprendimiento”, mencionó Juan.
Tiempo
después de haber iniciado con su idea de negocio, Juan viajó a Chile y conoció
a varias personas dedicadas al mismo negocio, quienes lo recomendaron para
ingresar a una empresa con bastante trayectoria en el mercado. “Cuando recibí la noticia me puse muy feliz porque no
contemplaba esa oportunidad en tan poco tiempo, pero la idea de irme a un país
líder en procesos cerveceros a adquirir conocimientos mientras trabajaba no fue
algo que me permitiera pensarlo dos veces”.
Debido
a la emergencia sanitaria y al cierre de fronteras que realizó el país chileno,
Juan no ha iniciado labores, pero estima que dentro de poco podrá hacerlo. Con
esta oportunidad está transformando sus metas, ahora sueña con ser un exponente
de la cervecería artesanal y continuar sus estudios para crecer
profesionalmente y tener mejor calidad de vida.
“Al SENA siempre lo llevaré en mi
corazón porque ha significado mucho para mí. Cuando pensé que no podría
estudiar, hice un técnico en Manejo ambiental en Cali, y ahora con este
tecnólogo las oportunidades se me ampliaron. Mi mensaje para todos los que lean
esto es que siempre deben hacer lo que les apasiona, sin presiones. Cuando se
hace lo que a uno le gusta el sentimiento de gratitud es mayor”.
Pie
de foto:
“El acompañamiento de los
instructores fue incondicional. Aprendí de ellos cada proceso que se le debe
hacer a la cerveza, qué ingredientes usar, pero sobre todo a investigar e
innovar en diferentes sabores. Hacer cerveza también requiere de creatividad y buen
humor”, añadió
Juan.
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